jueves, 19 de marzo de 2009

Primera Parte: Canibales anticomunistas y la Comuna de Paris

" Maravilloso en verdad fue el cambio operado por la Comuna en París. De aquel París prostituido del Segundo Imperio no quedaba ni rastro. París ya no era el lugar de cita de terratenientes ingleses, absentistas [latifundistas] irlandeses, ex esclavistas y rastacueros norteamericanos, ex propietarios rusos de siervos y boyardos de Valaquia. Ya no había cadáveres en la morgue, ni asaltos nocturnos, y apenas uno que otro robo; por primera vez desde los días de febrero de 1848, se podía transitar seguro por las calles de París, y eso que no había policía de ninguna clase. "Ya no se oye hablar - decía un miembro de la Comuna - de asesinatos, robos y atracos; diríase que la policía se ha llevado consigo a Versalles a todos sus amigos conservadores". Las cocottes [damiselas caras] habían reencontrado el rastro de sus protectores, fugitivos hombres de la familia, de la religión y, sobre todo, de la propiedad. En su lugar, volvían a salir a la superficie las auténticas mujeres de París, heroicas, nobles y abnegadas como las mujeres de la antigüedad. París trabajaba y pensaba, luchaba y daba su sangre; radiante en el entusiasmo de su iniciativa histórica, dedicado a forjar una sociedad nueva, casi se olvidaba de los caníbales que tenía a las puertas."

En su obra La guerra civil en Francia Carlos Marx describe asi como se vivia en el Paris de La Comuna, proclamada un 18 de marzo de 1871, hace hoy 138 años. Curiosamente cita, entre la fauna que ya no delinquia a sus anchas por sus calles, a los "boyardos de Valaquia".

Estos boyardos de entonces son los mismos que unos treinta años despues, en 1907, masacrarian, tambien de manera cruel y sanguinaria, a los campesinos rumanos cuando estos se rebelaron para exigir un cambio en sus condiciones de vida totalmente insoportables.

Los herederos de estos boyardos continuan siendo hoy anticomunistas, porque la sola palabra comunismo les hace temblar y temer por la conservacion de todo lo que roban diariamente.

Hoy no he leido tampoco nada en la prensa rumana, al servicio de las multinacionales generalmente no rumanas, sobre el aniversario de la Comuna de Paris. Pero si que he leido sobre la fauna anticomunista, representantes de esos canibales que Marx describe a las puertas de Paris sedientos de venganza y ansiosos por recuperar todo lo que antes saquearon.

Los anticomunistas de hoy, y los de siempre, son aquellos que, llamese como se llame el regimen politico (puede que incluso se llamara Comunismo, como el caso rumano), estan siempre al acecho para rapiñar en cualquier situacion, para vivir a costa del debil, para, si pueden, usar al resto de los seres humanos como alfombra, como mano de obra, o como papel higienico.

Parece que la pagina de la Declaracion de Praga, que institucionaliza el miedo al comunismo de los boyardos de la U.E., ha sido invadida por "guerrilleros" que han incluido el nombre de dictadores como Hitler, Pinochet, o personajes de dibujos animados, entre los que apoyan este delirio.

Esta declaracion fue promovida por personajes de la calaña de Jose Maria Aznar (todavia a favor del franquismo, del que el y su partido todavia no han renegado ni lo han condenado), Traian Basescu (antiguo personajillo del regimen de Ceausescu hoy anticomunista), el presidente de Chequia, Havel, y algun otro ultraderechista disfrazado de corderito democristiano. Y los internautas (porque el comunismo por mucho que estos tipos quieran jamas se podra erradicar) han identificado el cuerpo hediondo y vicioso del capitalismo fascista escondido tras los ropajes demasiado transparentes de la falsa democracia, y han denunciado el verdadero ser de esta propuesta: el de los buitres saqueadores que engañan, roban o matan para mantener sus privilegios conseguidos y logrados gracias a la perpetuacion de la injusticia.

Asi los servidores de los privilegiados (que no son mas que eso hoy los politicos, grises burocratas al servicio de las multinacionales que les premian) han puesto el grito en el cielo ante tamaña desfachatez: "¡Con el comunismo no se bromea!", dicen, supongo que conteniendo su risa de hiena. La broma para ellos esta en simular que firman esta declaracion Hitler, Franco o Mussolini... Pero ¿Acaso no la habrian firmado? Unos, los de antes, y otros, los de ahora, tienen como enemigo cerval, casi irracional, al comunismo.

Es cierto que bajo el nombre del comunismo se cometieron crimenes. Pero supongo que habra que juzgar (principalmente con un juicio justo) a los criminales, no al sistema. Porque de lo contrario,¿Por qué no se juzga tambien al Capitalismo, un sistema que por accion o por omision mata a miles de personas al dia? ¿Por que no se juzga al Partido Nacional Liberal por las matanzas de campesinos a principios de siglo? ¿Por que no se juzga a los Capitalistas por el hambre, la pobreza, y las condiciones miserables que han provocado en los paises "civilizados" y, especialmente, en el llamado Tercer Mundo?

Si hay un sistema criminal es el Capitalismo: lo fue desde sus inicios y lo sigue siendo ahora (solamente en Iraq la avaricia del capital ha provocado mas de un millon de muertos, con la complicidad de firmantes y promotores de la interesada Declaracion de Praga, como Basescu o Aznar).

En la Rumania de entreguerras, la tan afamada Bucarest, loada como el Micul Paris ,era un nido de canibales que vivian a costa de la sangre de los malparados campesinos y obreros rumanos ¿No eran ellos, y siguen siendolo, los verdaderos vampiros de Rumania? Los mismos que corrieron a tomar un buen asiento cuando se impuso el comunismo, y los mismos que corrieron a coger otro cuando el comunismo cayo para dar paso a este sistema que empobrecio de tal modo a los rumanos que millones de ellos tuvieron que huir de su pais para poder comer en otros (cuando esto sucede en Cuba se dice que la gente huye del regimen que impone el hambre).

En un libro genial, que recomiendo, de Camil Petrescu, El lecho de Procusto, se denuncia esta situacion del pueblo rumano, de los habitantes de la Micul Paris de los boyardos, y constantemente se compara la situacion de los pocos beneficiados con la de la mayoria de excluidos del reparto. Los canibales de Marx estan devorando al pueblo sea cual sea la ciudad de la que hablemos. Como dice uno de los personajes de Petrescu, "en este pais es mas dificil para algunos tener un pan que para otros hacer que les manden un cesto de caviar¨ (por cierto si leeis este libro podreis ver lo poco que ha cambiado Bucarest desde entonces).

Volvamos al tema que nos ocupa aqui: La Comuna de Paris fue un intento ejemplar de echar a los canibales y empezar a transformar la sociedad en una sociedad libre, igualitaria, y humana. Pero los canibales no se rinden nunca, porque si no pueden chupar la sangre del pueblo no saben vivir. Estos canibales, que hoy siguen bienviviendo a nuestra costa, combatiran el comunismo con todas su fuerzas y de cualquier manera, porque esta en juego su esencia, su forma de vivir, la unica manera con la que saben actuar: saqueando y aprovechandose del trabajo, del cuerpo, y de la creatividad de los demas.

Para terminar, os dejo un fragmento del libro de Petrescu. Se trata de un ficticio articulo que escribe uno de los personajes de la obra, el periodista independiente y demasiado critico George Ladima, que escaso de dinero vive entre el los malparados miembros del pueblo de Bucarest, y comparte las codiciones de vida indignantes con el (a pesar de codearse tambien con la clase de los vampiros sociales rumanos, la burguesia y los boyardos).

Pero eso sera en la siguiente entrada.


http://www.cotidianul.ro/anticomunistii_codreanu_mussolini_si_hitler_semnatari_ai_declaratiei_de_la_praga-77117.html

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